En un episodio de alta tensión institucional, la última sesión del Concejo Deliberante de Caucete fue abruptamente suspendida luego de que la intendenta Romina Rosas ingresara al recinto sin estar en el orden del día, generando el rechazo de los concejales presentes.
El presidente del Concejo, José Luis Giménez, decidió levantar intempestivamente la sesión legislativa cuando el resto de los ediles se negó a recibir una declaración de la intendenta, quien había llegado con la intención de brindar detalles sobre una deuda de aproximadamente 700 millones de pesos que el municipio mantiene con DECSA, la empresa distribuidora de energía eléctrica del departamento.
La intervención de Rosas no había sido anunciada ni formalizada a través de los canales habituales del Concejo, motivo por el cual los concejales solicitaron un cuarto intermedio para ordenar el tratamiento de los temas. Sin embargo, Giménez se negó rotundamente, y según testigos, reaccionó de forma violenta verbalmente hacia algunos de sus pares. Acto seguido, dio por concluida la sesión y abandonó el recinto, dejando al cuerpo legislativo sin posibilidad de continuar el debate.
La interpelación formal a la intendenta Rosas ya fue reprogramada para el 12 de junio. En esa instancia se espera que brinde explicaciones detalladas sobre la deuda con la distribuidora eléctrica y las acciones que el Ejecutivo municipal adoptará frente a este compromiso millonario.
