julio 26, 2025

En su columna del diario Perfil del sábado 17 de mayo de 2025, la escritora y periodista Leticia Martin publicó un texto titulado “Nadie lee nada”, en el que denuncia explícitamente la precarización de su trabajo como columnista. A continuación, se reproduce el contenido completo, que expone una situación de maltrato laboral sostenido en el tiempo

Nadie lee nada

Por Leticia Martin – Diario Perfil, 17 de mayo de 2025

“Se viralizó. ¡Conseguiste tu objetivo!”. Vivimos en una sociedad de logros medidos a partir de un término médico. Lo que identifica al éxito es la capacidad de contagio: que algo se difunda con gran rapidez en las redes.

Estaba a punto de escribir sobre esa desafortunada coincidencia entre el verbo adosado al éxito actual con el verbo que usamos para dar cuenta de una enfermedad cuando, de pronto, me asaltó una idea material y primigenia. ¿Por qué hago esto? ¿Se hará viral escribirlo?

Ya hace más de un año que escribo esta columna semanal para PERFIL, un trabajo que implica compromiso, un deadline, tener palabra y encontrar una forma. Que también creí implicaba cierta trayectoria. Pero hace seis meses que no recibo el pago por mis servicios. Ni el pago ni un aumento, como si los servicios o el costo de vida no hubieran aumentado.

Valoro el espacio, el que me hayan abierto las puertas en un lugar prestigioso, la voz de alguien formado como el propietario de este grupo editorial, un profesional al que escucho como si no fuera el último responsable de la discriminación desde la que soy parte. ¿O quizá no soy mujer que no me pagan?

Ni idea. Ese es el punto que más me duele. No sé si soy o no soy víctima. Me responde por mail una mujer que dice llamarse Leticia, y pone “nos hemos comunicado, cada jueves”. Pero si yo no llamara ni mandara mails, si no pasara el número de CBU ni reclamara el teléfono, ni facturara los 2500 caracteres sin espacios, ¿alguien más lo haría por mí?

No soy Fogwill, el mal ya no existe –como escribió una vez en un editorial de este diario, Gustavo Wab, el funcionario que me lée y me devuelve con un thumbs up mi texto–. Lo asumo, entonces. Las escribo, sí, no sé cómo, si no me pagan.

Escribo columnas que tal vez no me paguen, las escribo como si a alguien le importara leerlas, como si fueran un trabajo y recibiera a tiempo la remuneración por ser eficiente y responder, como si no me hicieran sentir que da igual, que cualquiera estaría dispuesto a reemplazarme mañana mismo.

Pero hoy estoy demasiado triste y no tengo ganas de ir a votar mañana, ni ganas de conservar este trabajo, y quiero contar que hace seis meses que hago esta estupidez y que mañana voy a poner el despertador a las seis am para escribir los 2500 caracteres sin espacios de una columna que ya escribí y que sigo honrando solo porque otros que me leen dicen que les hace bien, porque de esos otros algo he aprendido, y no me quiero rendir.

Cincuenta mil pesos de honorarios por mes con seis meses de demora. Cincuenta mil.

Nota del editor – Cuyo Visión Noticias:

Este testimonio, escrito en primera persona por una trabajadora de prensa, deja al descubierto la precarización estructural que atraviesa el periodismo en Argentina. Y los medios de comunicación de San Juan no están exentos de esta realidad. Atrasos en los pagos, empleadores que sugieren “conseguirse su propia publicidad”, condiciones irregulares y sindicatos ausentes o silenciosos ante estos abusos, conforman un escenario donde muchos trabajadores cumplen tareas fundamentales sin la dignidad laboral que merecen. La libertad de prensa también implica condiciones justas para quienes la ejercen.