El terrible hecho también puso en evidencia el uso de sustancias prohibidas para competir en el truf sanjuanino.

El fallecimiento de un caballo durante una jornada oficial en el Hipódromo de San Juan, ubicada en calle República del Líbano, generó indignación y reabrió el debate sobre el bienestar animal en el mundo de las carreras. El episodio, ocurrido el fin de semana pasado, fue denunciado públicamente por el grupo proteccionista Rescate Equino San Juan, que compartió imágenes y testimonios del momento.
El caballo, identificado como “Motoneta”, se desplomó al finalizar la competencia, murió en el acto y fue retirado del lugar en una camioneta. Según el grupo activista, el animal “cayó extenuado, con sangre en nariz y boca, y fue arrastrado como si nada hubiera pasado”. El evento tenía carácter oficial, con la presencia de autoridades y veterinarios, al tratarse de una fecha del circuito legal.
Desde Rescate Equino advierten que no se trata de un hecho aislado, sino de una práctica sistemática. Denuncian maltrato estructural, presión sobre animales lesionados, uso de sustancias no reguladas —como broncodilatadores y preparados conocidos como chocolate—, y castigos físicos o alimentarios. “Hay caballos que corren aún estando lesionados, porque se priorizan intereses económicos sobre su salud”, señalaron.
Uno de los aspectos más preocupantes para la organización es la presunta administración de fármacos sin control. “Estas sustancias circulan por internet, y no está claro quién las regula ni cómo”, denuncian. También mencionan prácticas posteriores a las carreras que podrían encuadrarse como maltrato animal, como encierro prolongado, restricciones de alimento o suspensión de entrenamientos en caso de bajo rendimiento.
El hecho ocurrió ante la mirada de autoridades presentes, pero hasta el momento no hubo pronunciamientos oficiales sobre lo ocurrido. El colectivo exigió que se investigue el caso, se reforcé la fiscalización de carreras legales y clandestinas, y se garanticen condiciones mínimas de bienestar para los caballos.
“Este tipo de hechos deberían ser investigados y no pasar inadvertidos. Hay un sistema que naturaliza el sufrimiento animal”, expresaron desde la organización.